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Español: Almarza (Soria). Casas Castellanas de los Almarza. S.XVIII Edificadas en el S.XVIII por descendientes familiares de los Ramírez de Almarza en los números cinco y siete de la Calle de los Caballeros, tradicional emplazamiento de la nobleza local hidalga a continuación de la Casa-palacio madre del S.XVI que dicha familia poseía en el número uno de la misma calle,contigua a la Iglesia de Santa Lucía y que fue la casa-palacio natal de los inquisidores y obispos don Francisco y don Juan Ramírez de Almarza, caballeros de Santiago y consejeros del Rey en el de la Suprema y General Inquisición. En estas casas solariegas de los Almarza, residieron durante los S.XVIII, XIX y XX varias generaciones de la misma familia con distintos entronques y apellidos, especialmente cuando se heredaban por línea femenina. Destacan los Herrera, Rebolledo, Santa Cruz, Matheo de Almarza (nueve generaciones ininterrumpidas), Sainz-Pardo y Almarza quienes las vendieron en 1957. Pertenecían a la Casa Troncal de los XII Linajes de la Ciudad de Soria por los de Santa Cruz, Barnuevo y Morales.
En El S.XIX un incendio acabó con la casa de la derecha que tuvo que ser reedificada por sus propietarios la familia Matheo de Almarza (Don Manuel Matheo y su esposa Doña María de Rebolledo) como así lo refleja la inscripción recogida en el dintel del balcón izquierdo. Al ser la familia Matheo de Almarza en extremo piadosa y siguiendo las constumbres hidalgas de su condición y rango, dedicaron una bella Salutación Mariana a la Santísima Virgen María de quienes eran fieles devotos, haciendo inscribir en el dintel de la puerta principal de la casa la siguiente jaculatoria: "Ave María: Nadie Pase de este Umbral sin afirmar con la vida, Ser María Concebida Sin Pecado Original". Así mismo mandaron labraron un reloj solar en el lado derecho.
Durante los años 1932, (al quedar vacía la vivienda, tras el fallecimiento de Don Jesús Sainz-Pardo y su esposa doña Maravillas Matheo de Almarza) y 1957, la familia Almarza y Sainz-Pardo alquilará esta casa a Leoncio González de Gregorio, su esposa Leticia Martí y su pequeño hijo Leoncio (“Pilín”) que vivirán en ella los difícilies años de la guerra civil. Finalmente en 1957 la familia Almarza, tras el fallecimiento de don Vicente Almarza ocurrido en 1955, venderá la casa a Leoncio González de Gregorio Martí, quien algunos años después contrerá matrimonio con María de las Maravillas Almarza y Sainz-Pardo. De esta época son algunas intervenciones que comportaron la sustitución del primitivo portón de acceso al patio principal con el tradicional tejadillo castellano, adintelado y rematado por voluminosas piedras de pico, por el actual arco de piedra almohadillado y cubierto por el escudo del nuevo apellido familiar González de Gregorio,recien incorporado y extrordinariamente bien tallado por el célebre cantero Victor Carretero que tenía abierto su taller de cantería en el vecino pueblo de EL Royo a mediados del s.XX.
Tras breves años en manos de ocasionales propietarios, la casa fue adquirida a finales de los años 90 del s. XX por un colegio que sigue activo en la actualidad.
De sus primitivos propietarios, dos árboles a modo de centinelas que desafían el paso del tiempo, subsisten en la actualidad: la centenaria morera de la casa de la izquierda y el pino central que en 1931 mandó plantar don Vicente Almarza para conmemorar el nacimiento de su hija primogénita Mª de las Maravillas Almarza.
Una leyenda urbana de recientísima creación ( de apenas dos décadas de existencia) y no exenta de tintes legendarios a la vez que revestida del necesario espíritu romántico para sustentarse en la fabulación popular, asegura que esta casa perteneció hasta hace muy pocos años , a unos imaginarios marqueses de Montenegro y lo que resulta más pintoresco aún es que para hacerlos verosímiles se les presenta revestidos con la necesaria dignidad histórica de respetables y ricos propietarios de ganado mesteño, dueños de tierras y señores de vasallos, y como prueba testimonial se muestran en su inexistente galería de retratos familiares cubiertos con las tradicionales y diciochescas empolvadas pelucas blancas.
Y lo más grotesco de la fábula es que recientemente hay “afamados” escritores locales que recogiendo ( de manera tan apresurada como poco rigurosa) tradiciones e historias de Soria para incluir en sus recomendadas guías de turismo por la provincia castellana, lo dan por cierto y sin contrastar que se trata de una ocurrente broma de colegiales en edad de bachillerato , unido a la reciente moda de que todo pueblo que se precie quiere disponer de vetusto castillo o arruinado palacio hablan de la “Casa de Montenegro” , de sus mesteños propietarios, y otras falsedades históricas que recomiendan visitar en Almarza, como si descubrieran un recientísimo hallazgo que no supieron incluir en sus anticuadas guías turísticas sus eruditos predecesores. |